Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1871-1872 (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 9 de julio de 1871
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Díaz Quintero
Número y páginas del Diario de Sesiones 96, 2.471, 2.472
Tema: Voto de censura a la Presidencia

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Siento que el Sr. Díaz Quintero se haya incomodado y haya creído que el Presidente le ha querido tratar como niño de escuela, en lo cual haría muy mal, porque S. S. sería en ese caso un niño de escuela may talludito. Pero después de todo, he dicho yo: ¿por qué se ha incomodado el Sr. Díaz Quintero, si precisamente el Presidente ha señalado la sesión de esta noche para dar gusto S. S., para que sigamos tratando la cuestión de presupuestos, porque esta tarde ha adelantado poco? (Varios Sres. Diputados: No son presupuestos.) Se trata de los recursos necesarios para el Gobierno. ¿Pues qué será eso más que presupuesto? S. SS. dicen que se discutan los presupuestos para que el Gobierno no deje de tener los medios necesarios para gobernar, no el Ministerio, hablo del Gobierno de la Nación; pues esos son presupuestos, pues eso es lo que se va a hacer ahora, y eso es lo que, si S. S. quiere, se hará en sesión permanente, declarándola, si S. S. quiere, desde ahora. Pero no hay necesidad, porque conque tengamos por la noche una sesión de la misma duración que la de la tarde, y al mismo tiempo no se trate de otras cuestiones que de las de presupuestos, los daremos por terminados muy pronto, serviremos los intereses del país y satisfaremos la gran necesidad que tienen nuestros compañeros de ir a sus casas a cuidar de sus haciendas y de sus familias. Por consiguiente, vea el Sr. Díaz Quintero cómo no hay motivo de incomodidad; pero S. S., que quiere que discutamos los presupuestos, dice: " pues a pesar de que ya estamos aquí esta noche, vámonos a nuestras casas. " Y yo digo: pues ya que estamos aquí, ¿por qué no aprovechar la noche? Vamos, pues, a ampliarla, y si queréis que estemos cinco horas de sesión, estemos aquí hasta las tres de la madrugada, y mañana continuaremos con cinco horas de sesión por la tarde y cinco por la noche. Vea S. S. cómo queremos complacerle.

Y no se ha acordado que haya sesión por la noche, por satisfacer el capricho del Gobierno. Yo puedo decir a S. S. que en esto el Gobierno no tiene capricho alguno, ni yo sé que haya influido para nada en que esta noche haya sesión; el Gobierno lo que quiere es que haya el número de sesiones indispensable para concluir pronto esta tarea; esto es conveniente a los Diputados, al Gobierno y al país; es conveniente para todos, porque muchos Diputados están haciendo falta en sus casas lo mismo de un lado que de otro de la Cámara, lo mismo de la mayoría que de la oposición.

Por consiguiente, Sr. Díaz Quintero, sea S. S. mejor compañero, y al mismo tiempo, no quiero decir mejor Diputado, porque S. S. es un excelente Diputado; pero no se deje arrastrar por la pasión, y haga olvidar sus buenos deseos, que son de no perder el tiempo, y [2.471] realmente se perdería, si estando ya aquí reunidos no discutiéramos lo que podemos discutir.



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